domingo, 22 de enero de 2012

CAMINANDO


CAMINANDO

Me parecía que si me ponía a caminar, podría dar la vuelta al Mundo, y me anime a emprender el camino.
Tenía que prepararme, pues la empresa no era ninguna nimiedad, no sabía que es lo que verdaderamente me haría falta, al mismo tiempo, tenía que ser lo suficientemente pequeño, para que todo cupiera en una mochila.
Durante varios días no pensaba en otra cosa, estaba como ida solo pensaba en las cosas que tenía que llevar. En mi casa, que no sabían nada de mi proyecto, debían pensar que esta majareta, miraba encima de los armarios para buscar una mochila que tenía de cuando hacía excursiones por el monte y que era muy ligera, la verdad es que muy moderna no era, incluso creo que tenía una marca de no sé que bebida.
Yo soy poco aficionada a caminar con deportivos, incluso en una ocasión subí a la cola de caballo del Parque Nacional de Ordesa con unos zapatos de tacones, que fueron la admiración del guarda del bosque, pero claro, no era lo mismo una excursión de un día que otra de meses, pues calculaba que por lo menos me llevaría 3 0 4 meses realizar la azaña.
Busque un sombrero de paja de ala ancha, pues soy muy sensible al sol en la cabeza, un chubasquero que me habían regalado un día que llovía muchísimo y un pequeño botiquín para emergencias.
También llevaba una cantimplora para el agua, y unos cubiertos pues me daba un poco de reparo comer con las manos.
Llevaba dos pares de deportivos colgados de la mochila, una radio pequeña y un montón de pilar para estar entretenida y no hablar sola, cosa bastante frecuente en las personas que van solas por la calle.
Ya con todo organizado, Pasaporte, carnet de Identidad y una tarjeta de crédito por si acaso, se lo comuniqué a mi familia. Ni que decir tiene que me pusieron de vuelta y media, que si estaba loca, era una barbaridad con las cosas que pasaban por ahí, pero yo estaba tan decidida, que no me dejé convencer por ninguno de los argumentos que me hicieron constar.
Empecé a caminar una mañana del mes de Marzo en la que lucía un sol precioso, La gente que me conocía pero no vestida de aquella guisa, se me quedaban mirando con curiosidad, pero yo decidí no decir nada a nadie.
Por encima de mi casa, hay un camino precioso que le llaman El Camino Real, todo entre eucaliptos y castaños, y allí, tirada en el suelo, vi una vara bastante gruesa y decidí cogerla para ayudarme en el camino. Iba toda contenta con mi música y sin demasiada prisa, al fin y al cabo no me esperaba nadie, así que decidí ir a mi aire.
Me cruzaba con vecinos que se asombraban de verme a esas horas por el camino, pues no es demasiado transitado, nos saludábamos y nada más- La verdad, es que estaba toda contenta
de pensar en lo que iba a hacer, estaba tan animada, que no se me ocurrió pensar que en el fondo era una locura como otra cualquiera.
El primer día, camine cerca de 20 km y los pies me dolían al final de la jornada. Por esta zona, hay unos viejos molinos y aproveché uno de ellos para envolverme en una manta y dormir, estaba tan cansada, que no tenía ni hambre. Cuando desperté, ya había bastante claridad y el bocadillo que llevaba para la cena me lo tomé y me sentó de maravilla, de todas formas me di cuenta de que tenía que organizar ese problema, el de las comidas, así que cuando llegué al primer pueblo, entre en un bar y me tomé una taza de leche caliente con un poco de pan, para empezar bien el día.
Me hice con las suficientes cerillas para poder encender un fuego y compre un cacharro metálico y pastillas de sopas para tomar de noche, había que tener cuidado porque no en todos sitios dejan hacer fuego, y solo faltaba que me detuvieran por pirómana.
La segunda jornada la llevé bastante bien, fui descansando con frecuencia, pero ya era un camino desconocido para mi, pues decidí ir acortando para coger el camino de Santiago hacia –Francia, me habían dicho que no quedaba lejos de aquí, pero no tenía ni idea, y la señalización no me ayudaba demasiado.
Me encontré con un grupo de gente que habían venido a Santiago, y decidí unirme a ellos, pero estaban muy bien entrenados y yo les retrasaba, así que después de un día de caminar a su lado, les dije adiós. Eso me causó pena, pues era más entretenido ir con más gente.
El cansancio iba haciendo mella en mí, solo había recorrido 80 km y ya me parecía que por lo menos, había dado la vuelta a medio Mundo. Pero no me rendí, decidí hacer un alto en el camino y descansar un día, perro con lo que no contaba, era que al parar, me empezaría a doler todo el cuerpo por las agujetas, creo que empecé a darme cuenta de que aquella ilusión del principio, empezaba a pasarse, pero soy muy cabezota y me decía a mi misma ¡Te vas a rendir a los 7 días?
Algunas noches hacía frío y no tenía donde refugiarme, y a pesar de llevar una buena manta, no era suficiente, así que cuando vi las luces de una casa, decidí pedir ayuda y me dejaron dormir en la entrada, al lado de una chimenea para calentarme. Empezaron a decirme que lo que intentaba hacer era una barbaridad, que diese la vuelta y volviese a mi casa.
Al día siguiente, y ya era el decimo, recuperada, decidí seguir mi camino, vi una Iglesia Románica preciosa y me senté un rato en ella a descansar, al poco rato apareció una señora mayor que se quedó un poco extrañada de verme y más todavía cuando le conté mis propósitos, me dijo que había conocido mucha gente con las mismas intenciones que yo y que tuvieron que ir a recogerlos porque habían sufrido un gran agotamiento, creo que en aquel momento, decidí acabar con mi aventura.
Al principio me daba mucha vergüenza regresar sin haber conseguido mi propósito pero cual fue mi sorpresa, que todo el mundo alabó mi azaña, al fin y al cabo no era muy normal que una persona de mi edad hubiese caminado sola por el monte y caminos inhóspitos durante más de 15 días, así que se me quito de golpe la frustración.
Fue una bonita experiencia, que no olvidaré en mi vida


Pilar

22 comentarios:

  1. A mí también me gusta mucho caminar. Lo que nos cuenta es mucho más que un paseo, pero seguramente te enriquecio muchisimo.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  2. Toda la proeza, sin duda. Quince días en el camino, sin más meta que seguir adelante, sin miedo, sin compañia, una proeza, insisto.

    ResponderEliminar
  3. Hola Pilar, buenas tardes, una aventura inolvidable, sí señor, eso demuestras tu valentia amiga mia, te felicito,
    muy bien narrada tal como la viviste, qye maravilla Pilar,
    besitos grande,
    Lola,
    feliz comienzo de semana.

    ResponderEliminar
  4. Bueno niñas, siento deciros que esto es un cuento, quizás un deseo de haberlo hecho pero en mis condiciones es imposible que me pusiese en camino.
    Me alegro de todas formas que os gustase, en condiciones normales, suelo andar 8 km diarios pero desde que me operaron del cancer de pulmón no he vuelto a lograrlo, pero no desisto.

    Un abrazo y perdonar que no lo advirtiese al principio

    Pilar

    ResponderEliminar
  5. Ha sido una historia muy envolvente, tan natural y real que te ibamos acompañando en ese viaje. Aunque solo haya sido una historia para narrar te ha quedado tan autentica como si la hubieses hecho, incluso me siento como si también te hubiese acompañado.

    A mi también me gustaba mucho caminar, casi cuatro horas diarias; ahora poco mas de media hora y no todas las semanas. Me ha gustado acompañarte en esta aventura virtual.

    También quiero darte las gracias por el voto que le has dejado a mi hijo. Un fuerte abrazo y para el próximo viaje de estos que hagas también me apunto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si vieras las veces que he intentado hacer el camino¡¡, pero se me hizo tarde y por lo menos, me pemito el lujo de soñar.
      El voto a tu hijo a sido con pleno convencimiento, pues la idea la encuentro fantástica y muy práctica, espero que lo consiga.

      Un abrazo

      Pilar

      Eliminar
  6. Hola mi entrañable Mª Pilar, es encomiable su fortaleza. No importa que no pueda andar hoy esos 8 Kilómetros. Su corazón anda más deprisa impulsado por el amor a la vida a las personas que la rodean. Es usted una Campeona
    Con ternura
    Sor. Cecilia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sor Cecilia, le agradezco doblemente su visita pues se lo ocupada que esta, y tiene razon, aunque ahora no pueda, con el corazón lo hgo todos los días, espero que en un par de meses se resuelva todo, depende del resultado de las pruebas que me quedan porque hay algo que no acaba de funcionar.
      Lo pondremos en las manos de Dios y El me ayudará, estoy segura.
      Un cariñoso abrazo

      Pilar

      Eliminar
  7. Hola mi querida Pilar.
    Un placer pasar a visitarte y leerte, pasaré tan pronto me sea posible.
    Muchísimas gracias.
    Dejo nueva entrada y agradezco de corazón tu visita y tu recuerdo en mi ausencia.
    Vuestras y visitas y vuestro cariño es lo que me hace seguir adelante.
    De momento aún estaré ausente, un poco más de tiempo, lo necesito.
    Tan pronto vuelva pasaré a leer y comentar, para agradecer esa hermosa amistad que me regaláis a diario.
    Un abrazo.
    Ambar

    ResponderEliminar
  8. Gracias AMBAR por visitarme, yo lo seguiré haciendo y espero que vengas pronto.

    Un gran abrazo
    Pilar

    ResponderEliminar
  9. Me encanta caminar, Pilar. Ya me gustaría hacer el camino de Santiago, admiro a las personas que lo hacen, mochila al hombro y con lo menos posible de carga, tiene que ser precioso y a la vez las personas que conoces, y todo lo que vas dejando atrás.
    No he tirado la toalla, te lo aseguro y puede que lo haga, creo que las ilusiones hay que tratar de cumplirlas, aunque sean hasta la mitad del camino.

    Pilar, te he leído. Tienes mucha vitalidad, mucha fuerza, no hay más que leerte.
    Sí te animas, nos vamos de peregrinas, jajajaja, te aseguro que llegaríamos, cuenta conmigo.
    Abrazos muy abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo no creo que ya pueda hacerlo, pero tengo 3 hermanas mayores qye yo que lo hicieron en coche de una forma muy curiosa. los trayectos grandes iban en coche, y cuando llegaban al sitio, andaban 10 km y así llegaron desde Francia hasta Santiago y les dieron La Compostela, que es la tarjeta que acredita que has hecho el camino, ya tenía mérito pues una de ellas tiene 80 años.
      Asi que si me animo, ya lo creo que te aviso jaja

      Un beso Soledad

      Pilar

      Eliminar
  10. Querida amiga: Después de leer tu relato, me imagino que te gusta caminar. La protagonista es de lo más decidida, yo sería incapaz de hacerlo.
    Me estoy volviendo de un perezoso...
    En casa me riñen a veces, me dicen que debo andar, que es bueno para todo, yo me lo propongo y es más, hasta hago proyectos de un día para otro, pero cuando me levanto, siempre encuentro algún pretexto y ya no me muevo.
    He intentado varias veces hacerte el comentario, pero no podía entrar, no lo entiendo. Hoy he tenido más suerte.
    Abrazos y cariños.
    kasioles

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Kasioles, a veces da muchísima pereza, tambien a mi me pasa, y ahora no puedo mucho pero el otro día me fuí a una peluquería que esta a 3 km y vine andando, para mi eso ahora es un triunfo, y estoy de lo más orgullosa, así que ya sabes, anímate y verás lo bien que sienta.

      Un beso bonita

      Pilar

      Eliminar
  11. Hola Pilar,una bonita aventura has contado ,muy real y al mismo tiempo entretenida, pues me has transportado a esos momentos vividos por ti.
    Se ve que eres una persona muy decidida y eso tiene muchp valor...
    Un abrazo, y que sigas haciendo lo que te guste.

    ResponderEliminar
  12. Hola Pilar! Este es el enésimo intento de poder dejar mi comentario en tu blog...Ni te imaginas la de veces que lo he intentado, sin éxito, ya te lo dije...
    He dejado pasar un par de días, aprovechando que hemos estado fuera, para ver si con el ordenador en frio...jajajjaa...la cosa cuela y lo consigo...
    Bueno, ahí va mi prueba, y cruzo los dedos para conseguirlo....
    Por si puedes leerlo, te mando un abrazo enorme!
    Núria

    ResponderEliminar
  13. Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii....al fiiiiiiiiiiiin !!!!
    Otro abrazo, ala!

    Núria

    ResponderEliminar
  14. ¿Sabes una cosa? yo siempre digo cuando me preguntan los años que tengo, contesto que tengo la edad de la impertinencia, porque hago lo que quiero y me apetece, he aprendido a valorar otra clase de cosas, a mis amigos, los elijo yo y solamente tengo los que a mi me gustan, nadie me impone nada, y de verdad, he ganado muchísimo porque he aprendido a valorar pequeñas cosas que antes me pasaban desapercibidas.
    He conocido gente maravillosa y diferente como todos vosotros con los que me encuentro muy a gusto.

    Un abrazo

    Pilar

    ResponderEliminar
  15. Nuria ya se que estuvisteis fuera ¡¡Que suerte¿¡ estoy deseando irme algunos días por ahi, pero de momento no me dejan por la cantidad de pruiebas que me están haciendo, hay algo que va regular, pero bueno, espero que se arregle como otras veces.
    Ya me han dicho que a veces no podeis entrar, la verdad es que no me lo explico, son las cosas que tiene el internet.
    ¿Que tal lo pasasteis? ya contarás en el foro, alli escribo poco porque Julio escribe tanto que me agoto leyendo jaja, (No se lo digas) me puede matar.
    Bueno guapa, un besazo

    Pilar

    ResponderEliminar
  16. Sin dudas que ha sido una grata experiencia y una plausible proeza. Me gustó mucho y te aplaudo. Un abrazo, amiga linda.

    ResponderEliminar
  17. Gracias Alma, eres un cielo te tengo un gran variño.

    Un abrazo

    Pilar

    ResponderEliminar
  18. Precioso cuento y preciosa y grande valentía. Hace tiempo que no te visito pero ya sabes que estás en mi corazón, Cris

    ResponderEliminar