jueves, 24 de marzo de 2011

EL TREN Y LA VIDA


El tren y la vida

La vida, se parece mucho a un viaje en un tren, comenzamos en una gran Estación, rodeados de numerosas cosas que giran a nuestro alrededor.
Cuando el tren comienza a caminar, estamos todavía como adormecidos, quizás sea porque nos sentimos protegidos por las personas que nos quieren, nos arropan y nos dan su cariño.
Así, durante unas cuantas estaciones, en las que apenas nos fijamos, va pasando el tiempo y poco a poco nos vamos desarrollando, y en ese momento, se nos ocurre mirar por las ventanillas.
Vemos una vegetación que parece que pasa rápidamente delante de nuestros ojos, causándonos una impresión extraña, y entonces nuestro organismo, empieza a reaccionar y a correr, para ponerlos a su altura.
De repente, el tren se para en una Estación, y vemos como bajar de él, las personas a las que queremos, nos dejan solos, y nos sentimos un poco abandonados, creemos que no seremos capaces de realizar las cosas solos, sin su ayuda.
Es una época triste de nuestra vida, pero al mismo tiempo, nos da la madurez necesaria para emprender nuestro camino solos.
.Miramos a nuestro alrededor, y nos encontramos con personas que están tan despistadas como nosotros, con algunos, congeniamos, es fácil la comunicación, con otros no tanto, aunque a veces no tenemos más remedio que acercarnos a ellos, por interés propio o porque la vida nos impone ese sacrificio.
Hay una estación, que nos resulta especialmente grata, en ella sube al tren una persona que al verla, nos damos cuenta de que será muy importante en nuestra vida, a veces nos puede fallar, pero en otras, nos ayudará a sobrellevar la carga que nos espera, nos dará hijos y formaremos una familia
El tren, va parando en numerosas estaciones, en algunas de ellas, bajan algunas de las personas que hasta ese momento han compartido parte de nuestra vida con nosotros, familiares, amigos, extraños, y sentimos que vamos perdiendo algo de nuestro ser.
Cada vez las paradas son más cercanas, el tiempo se nos va terminando, surgen las enfermedades que alejan de nosotros a personas queridas y nosotros mismos estamos amenazados por ellas. Sentimos que el final del viaje está cercano.
Y llegamos a la estación términal y lo único que pedimos, es que la transición sea tranquila y rodeada por los nuestros.
Cada vez el tren para más veces, y van desapareciendo de nuestra vida trocitos de ella. Aparecen las enfermedades

6 comentarios:

  1. Qué simil más bueno has hecho, Mª Pilar, con qué sencillez y destreza has descrito nuestro tránsito por la vida.

    Besos

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  2. Gracias Maria por tu comentario

    Un beso

    Pilar

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  3. Bonito modo de contar como es este viaje que llamamos vida.

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  4. Es mucho más extenso, por supuesto, pero quería hacer una pequeña síntesis.

    Un abrazo Pilar

    Pilar

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  5. ¡Qué el viaje sea lo más largo Pilar!, que lo vivas felizmente, aunque se nos van seres queridos o aparezcan enfermedades que todos tengan acceso a curarse o aliviar su dolor.
    Un beso y abrazo grande

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  6. Píiiiiiiiiiiiiiiiii...chucuchucuchúuuuuuuu ¡Pasajeros al Tren!

    Me encantan los similes ferroviarios.

    Un abrazo, Mª Pilar.

    Marpín y La Rana

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