viernes, 25 de octubre de 2013

DESPUNTA EL DIA



Despunta el día, las estrellas van cerrando sus ojos, tienen que descansar para poder

 iluminar la noche. La Luna, se hace un poco la remolona, no le apetece irse todavía,

 quiere esperar para poder ver a su amado, el Sol, al que tan poco ve, los dos están

 condenados a perseguirse sin poderse abrazar
.
Por el horizonte, encima de las montañas, se empieza a vislumbrar un rayo de luz, al

 principio es de un color rojo intenso, para irse dulcificando, y pasar por un amarillo

 intenso, a un resplandor que no se puede mirar de frente.

En ese momento, la Luna se mete por el lado contrario sin apenas decir adiós, esta

 noche la volveré a ver un poquito más pequeña, está en menguante, dentro de unos

días, dejaré de verla, y eso me produce desasosiego, ¡¡¡está tan oscura la noche sin

 ella!!!

Conforme va avanzando el día, todo se pone en movimiento, los barquitos de pesca,

regresan a puerto, los mercantes inician su acercamiento, para descargar las mil y una

 cosas que transportan, empiezan los coches con sus dueños dentro que van a trabajar,

 los niños de Colegio, aparecen con sus caritas de sueño envueltos en sus bufandas,

 parecen enanitos borrachos, van dando tumbos medio dormidos, sus papas no están

mejores que ellos.

Todo comienza, incluidos los ruidos, yo también me desperezo y con un café en la

 mano, salgo de mi terraza para empezar mi actividad diaria.



Pilar

lunes, 14 de octubre de 2013

Viajando con la Luna

Viajando con la Luna





Ayer  fui detrás de la Luna, para saber lo que hacía cuando no estaba conmigo, me monté en una nube, y con dos estrellas, fabrique una máscara para que no me conociera, e inicié el lento caminar..
Al principio, íbamos tan despacio, que empezó a entrarme sueño, debajo nuestra había un inmenso mar, que a fuer de ser tan grande, resultaba monótono, pero de repente, apareció una isla, con grandes árboles, y entonces la Luna, empezó a jugar con sus ramas, formando imágenes en el suelo, columpiada por la brisa. Yo no salía de mi asombro, nunca la había visto tan juguetona.
Cansada de tanto baile, continuamos el camino, y vimos un inmenso río, sinuoso, conforme nos acercábamos, oíamos el dulce canto de dos voces preciosas pero tristes, se lamentaban de que la Luna no iluminase aquella noche el agua para poderse mirar. Al oír ese llanto la Luna, se acercó a la orilla donde estaban dos rapazas e iluminó el agua para que pudiesen mirarse, ese día iban a su primer baile y no tenían espejo donde contemplarse.
Seguimos caminando por el Cielo y a lo lejos, descubrimos una gran Ciudad, estaban todas las casas apagadas y sus habitantes descansando, solo los vigilantes y la gente que trabaja por las noches ,le daban vida.
También estaban los indigentes, que no tenían domicilio y dormían en plena calle, encima de cartones en el mejor de los casos, los borrachos, los desesperados, los abandonados. Todos ellos, no les importaba si la Luna estaba o no iluminando su territorio, casi preferían no verla, muchas veces les traía muy malos recuerdos.
No siempre la Luna es romántica.
Por el horizonte, empezaba a apuntar el alba y yo tenía que regresar, pero estaba muy lejos de mi casa, ¿Cómo lo haría?. Entonces la Luna, se volvió hacia mi y me dijo: “Sabía que estabas aquí, te conocí a pesar del antifaz de estrella, pero te dejé para que vieses que tengo otras misiones además de iluminar tu noche, ahora te montarás en una estrella fugaz y regresaras a tu playa rápidamente. Y así sucedió.
Cuando ahora la veo, pienso en todas esas personas que la contemplan al mismo tiempo que yo, me sirve para unirme a ellas.

Otro día le pediré que me vuelva a llevar, creo que hay muchísimo que aprender.

Pilar