domingo, 22 de noviembre de 2009
El amigo de la gaviota
El niño que se hizo amigo de una gaviota
Vivía encima de una Playa y todos los días, bajaba a jugar un rato con la arena.
Un día, se encontró una gaviota que estaba atrapada con una tanza de pescar, se le había clavado un anzuelo abandonado por un marinero, y en su afán de librarse de él, se le lió la pata.
Con mucho cuidado, Javier, que así se llamaba el niño, agarró a la gaviota y no tuvo más remedio que romperle la pata atrapada, con aquella acción, le salvó la vida.
Cuando la gaviota se vio libre, corrió hacia el agua para lavar la herida, pues el agua del mar las cura.
Desde entonces, la gaviota sigue a todas partes al niño que la curó, la da de comer y es tal su cariño, que llega a comer en la mano de Javier, como si le besase en agradecimiento por lo que hizo.
Pilar
22-11-09
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Querida Pilar, me encantan los cuentos cortos y sencillos. Lo pienso contar a mis nietos y espero que sigas enviando más.
ResponderEliminarHas tenido una idea estupenda al iniciar el blog. Un abrazo, karla