
LAS DOS LLAVES
En un pueblecito de la costa, pasaba los veranos con sus abuelos una niña llamada Natalia.
La Yaya, que es así como ella llamaba a su Abuela, le gustaba inventar cuentos para ella y sus amiguitos, solía contárselos a la hora de las meriendas en la Playa y cuando ella se iba a dormir por la noche, en la cama.
Un día, revolviendo la niña por la casa, encontró una antigua sopera de loza, en donde su Yaya guardaba todas las cosas menudas que encontraba tiradas. Dentro de la sopera, había un llavero con la cara de Bath Simpson, que era uno de sus muñecos preferidos y lo cogió toda contenta, y corriendo hacia su Yaya le pidió por favor que le regalase dos llaves viejas que no le sirviesen para nada, y así el llavero cumpliría su misión.
La Yaya, miró en su armario y encontró una llave grande, de una antigua puerta del Garaje y otra de un joyerito pequeño
Llamó a su nieta, que toda contenta las puso en su llavero, y las metió en un pequeño bolsito que le habían traído sus Abuelos de un viaje, y que no se lo quitaba de encima.
Cuando llegó al Parque, les enseño a sus amiguitos toda contenta el llavero con las dos llaves, y estos se rieron de ella pues decían que aquellas llaves no abrían nada importante.
Natalia llegó toda desilusionada a casa, y al verla así su Yaya le dijo:
--Mira Natalia, no te preocupes, esta noche te contaré el cuento de las dos llaves-
Cuando llegó la noche, era tal el cansancio que tenía, que se fue quedando dormida mientras su Yaya le iba contando un cuento, ella apenas la escuchaba.
Pero……….. soñó.
Soñó que su Yaya la cogía de la mano y las dos se acercaban a la orilla del agua, y de repente, un rayo de luz llegó hasta sus pies invitándolas a montarse en él.
Dieron un pequeño salto y se vieron transportadas hasta el Cielo, que estaba cubierto de nubes blancas, pero no podían traspasarlas.
Se dieron cuenta que en una nube, había como una cerradura, Natalia que llevaba siempre su bolsito con el llavero, sacó las llaves, y con la grande abrió la puerta de las nubes.
Allí todo era blanco, inmaculado, blandito y acogedor, no apetecía marcharse ¡¡se estaba tan bien !!
Una persona etérea, se les apareció y les dijo:
- No contéis esto a nadie, guardarlo en la cajita de vuestro corazón, junto con tus buenas obras y tu buen hacer, y cierra esa caja con la llave pequeña de tu llavero-
-
Al día siguiente, cuando fue al Parque, ya no se preocupó por lo que le decían los niños, ella tenía las dos llaves más importantes del Mundo, la llave del Cielo y la llave del Corazón. .
Pilar