El niño del helado
Todas
las tardes, se sentaba en una antigua escalera ya inutilizada que había en la
playa.
Era
pequeño, no tendría más de 9 o 10 años. A esas horas, sobre las 6 de la tarde,
se tomaba un polo de esos largos de muchos colores. El `principio del helado,
lo tomaba a toda velocidad, y cuando llegaba a un determinado color aflojaba el
ritmo y lo tomaba despacito, para que le durase más.
Lo
que me llamaba la atención era, la cara de tristeza que tenía, me parecía que a
un niño tan pequeño no le debería pasar
nada tan importante que le hiciese estar así, sobre todo un día detrás de otro.
Decidí
sentarme a su lado, y lo hice, me miró pero no me dijo nada, sólo se corrió un
poco para dejarme mas sitio y estuviese más cómoda.
Decidí
no decirle nada, simplemente esta a su lado, por miedo a espantarle y que se
marchase.
Al
cabo de varios días, me decidí a preguntarle
cómo se llamaba, y me dijo que Javier, por entablar una conversación con
él, le dije que tenía un nombre muy bonito, me miró con una cara especial y
me contestó que no lo gustaba mucho pues
le llamaban Javierín y le parecía horrible.
Casi,
casi, le di la razón, tampoco a mí me gustaba el diminutivo, De repente, se
levantó y se fue, debió considerar que ya estaba bien por aquél día.
Al día siguiente, fui yo la que me
senté primero en la escalera y al cabo de un rato, apareció él, con su
consiguiente helado y se sentó a mi lado.
Me preguntó por qué siendo yo una persona
mayor, me sentaba con un canijo como él, así le llamaba su padre, le contesté
que también se aprendían cosas de personajes tan pequeños, que debido a mi
edad, yo me había olvidado de lo que pensaba cuando tenía 10 años, y que me
interesaba saberlo, para así entender mejor a los niños de su edad.
Se quedó un poco asombrado y me
preguntó sí con el paso de los años, nos vamos deshaciendo de los recuerdos.
Era una pregunta un tanto extraña para un niño de esa edad. Le conteste, que la
vida te iba enseñando a elegir entre los recuerdos, lo que de verdad quieres
conservar.
Después le pregunté el motivo de su
tristeza, Me contó que tenía una gaviota amiga, a la que todos los días le daba
trocitos de su bocadillo.
Una tarde, apareció con un ala rota,
subió corriendo a su casa y cogió una venda con la que curarla, creyendo que de
esa forma el ala podría volver a usarla para volar. La metió en una caja de
cartón y la protegió debajo de una barca que estaba amarrada en la playa. Todos
los días, le bajaba comida y bebida.Pero un día, cuando fue a buscarla, la caja
no estaba y se indignó con los que limpiaban la playa, cuando le dijeron que la
gaviota la tiraron al agua porque se estaba muriendo y la caja se la llevaron.
Lo vi. tan apenado, que le dije que
cuando las gaviotas están a punto de morir, remontan el vuelo y se van al
cementerio que tienen para ellas, para morir en paz.
Me `preguntó que cómo era, y yo le
respondí que era en una isla en medio del Océano, llena de flores de todos los
colores, donde eran felices para toda la eternidad.
La mirada del niño se iluminó y dando
un brinco, se fue todo contento a jugar con los amigos de su edad.
Desde aquél día, no volví a verle
nunca más triste, aunque nos saludábamos todos los días con cariño.
! Qué poco hace falta
para hacer feliz a un niño!
Pilar
Me encantó imaginarte.
ResponderEliminarUn beso dulce y frío como helado
Acepto ese beso frio como helado, me viene de perlas con el calor que estamos pasando en este tierra poco acostumbrada a esas temperaturas tan altas.
ResponderEliminarFeliz verano guapa
Pilar
Desde luego que sí, solamente hablarles un poquito y hacerles caso.
ResponderEliminarBonito tu escrito.
Un besin.
GraciaS guapa, espero estés pasando un buen verano, aqui mucho calor
ResponderEliminarPilar
Que bonito querida Pilar, me ha gustado cuando dices que tambien los mayores podemos a prender de los pequeños, yo pienso igual. He ha gustado la sensibilidad y con la ternura que has escrito esta bella historia, gracias por compartir, te dejo un fuerte abrazo, y feliz verano amiga, con cariño.
ResponderEliminarLola Barea.
Espero que estes pasando un buen verano llena de éxitos.
ResponderEliminarMuchos besos querida amiga
Pilar