La chica de los ojos verdes
Tenía los ojos verdes de tanto mirar al mar
ese mar que rodeaba la gran Ciudad
Era tal el encanto que ejercía sobre ella
que era incapaz de dejar de mirarlo.
Se cubría su largo pelo negro,
con un manto del color de sus ojos
lo que le hacía más hermosa.
Era tímida, como el Sol que se asoma entre
las nubes
le gustaba muy poco hablar con la gente
quizás se sentía menospreciada en un mundo de
machistas.
Era Berebere, una raza venerada en el
Desierto
pero la habían sacado de su entorno
y no acababa de acostumbrarse.
En el Desierto, el silencio era enorme
es todo lo que la había acompañado desde niña
y lo echaba de menos, la gran Ciudad no era
para ella.
Y acabo regresando…………….
Pilar
Muy bonito tu poema, y la imagen que has puesto le va muy bien.
ResponderEliminarUn beso
La foto es de internet, y el Poema lo hice la verla.
ResponderEliminarYo viví en Africa 7 años, y conocí a los Bereberes y sus mujeres se suelen tapar con mantos de ese color, el de los hombres es azul fuerte, lo que les tiñe la cara de azul, y por eso se les llaman "Los hombres azules.
Un beso
Pilar
Simplemente una palabra GENIAL, muy bonito el poema. Felicidades. Saludos desde Conil ( Cadiz). ve mi blog
ResponderEliminarGracias Jesus, no dudes que te visitaré.
EliminarUn abrazo
Pilar
Hola Pilar.
ResponderEliminarAl leerte he recordado un libro de tiempo atrás, algo relacionado con los Beduinos Azules, nunca pensé que el color del manto influenciara en su color.
Muy interesante bella y triste, pero al fin retornó.
Un abrazo.
Ambar.
AMBAR, los hombres azules, como se les llama a los Bereberes, es debido al color azul de su tez. No se lavan con agua, sino que hacen abluciones con arena, quizás por la escasez de agua que tienen.
EliminarSon muy respetados, yo de pequeña, conocí a uno en un Zoco, y me dejó montar en su caballo, yo entonces m,ontaba, y cuando vió que sabía, me dijo que me hacía su hermana de sangre y que se lo dijese a cualquier moro para que me respetaran.
Estuve muy orgullosa durante muchos años de eso.
Despues me regaló un colgante de plata para que le recordase, y aún lo conservo.
Un beso guapa
Pilar
Hola, hermoso poema.
ResponderEliminarSalu2
Muchas gracias Juana, me encanta conocerte porque aunque te llevo un montón de años, pienso igual que tu en muchas cosas.
ResponderEliminarUn abrazo, me haré seguidora de tu blog
Un abrazo.
Pilar