EL COLUMPIO
El chaval se columpiaba con mucha fuerza, cada vez subía más alto y
! de repente se hizo el milagro!
Salió volando como si fuera una gaviota.
Al principio, la cara de susto era impresionante,
temía caerse, pero al ver que no pasaba eso, se fué confiando
y hacía pruebas con sus manos y piernas.
Tan pronto aplaudía, como hacía la tijera con sus piernas,
el observaba sus movimientos por la sombra que
proyectaba sobre las tranquilas aguas.
Entonces pensó ¿Y si me elevase con los brazos?
¿sería capaz de llegar hasta el Sol como ICARO?
Decidió intentarlo y casi lo logró,
pero antes de llegar al Sol y por temor a
que le pasara igual que a ICARO,
Se paró en seco y dio media vuelta.
Al tener miedo, esa situación por la que estaba pasando
desapareció y cayó a la mar.
De repente, se despertó y vio aliviado que todo había sido un sueño.
Pilar
Sublime poema, con un final tan bello como inesperado. Eso se llama volar en alas de los sueños! Brillante! Un abrazo.
ResponderEliminarAfortunadamente despertó antes, no dio tiempo al sol a quemarle sus alas de cera.
ResponderEliminarBesos, me gusta leerte de nuevo.
Volar, siempre el sueño de volar.
ResponderEliminarHermoso cuento, Pilar
Podemos volar y podemos ir donde nuestra imaginación y nuestros deseos nos lleven. Pero cuando llega el miedo quedamos indefensos, a la deriva...y sobre todo tan paralizados que caemos de nuevo en el pozo.
ResponderEliminarBello relato y con una gran verdad en su interior. Te felicito por él y por ser una gran mujer a la que admiro. Acabo de pasar por la casa de Chesana, leí tu comentario, y también me preocupa su estado de animo, o mejor dicho su falta de animo. Ojala pudiesemos hacerle una transfusión de animo entre todas.
Un fuerte abrazo.
Querida Pilar: Después de leer tu poema, me has trasladado a la etapa en que me pasaba la vida soñando, siempre bellos sueños.
ResponderEliminarSi hago balance de mi vida, puedo decir que todos o casi todos se han cumplido. Gracias por recordármelo.
Me alegra que con mi plato fresquito puedas alegrar el paladar de tu marido.
He visto Córdoba, me trae recuerdos inolvidables.
Entre ellos,conservo una sortija que Anthony me compró en la joyería Maimónides,es muy grande, va montada en plata y circonitas rosas.
Córdoba también tiene un encanto especial.
Abrazos y saludos a tu marido.
Kasioles
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Pilar, el cuento que has dejado me ha gustado mucho. No has puesto ninguna mentira, no, es un cuento lleno de realidad.Empezamos, soñando despacio, como los primeros pasos que se dan en la vida, luego vamos avanzando sin temor, pero la realidad es más cruda, menos mal que siempre nos espera un sol.
ResponderEliminarPilar, soy Ashia, me cambié de blog. Espero que estes bien, cuídate, se te tiene mucho cariño.
Mi correo está en el blog.
Un beso enorme.
Hola,mi querida Pilar pásase por mi blog a buscar un premio con motivo de mi cumpleaños, lo he hecho con mucha ternura
ResponderEliminarSor. Cecilia
Vine a visitarte y a dejarte un abrazo.
ResponderEliminarO nos quema el sol si volamos muy alto, o nos caemos al mar si volamos bajo. ¿Donde está el vuelo sin peligros? ¿Será que no lo hay? ¿La solución es quedarse en tierra? ¡Ay Pilar, menudo fin de semana nos espera pensando sobre estos dilemas! Una cosa sí que tengo clara. No sin mis alas. Y que sea lo que tenga que ser.
ResponderEliminarMarpín y La Rana
Me gustaría contestaros a todos, uno por uno, pero los veranos para mi son fatídicos, en sentido figurado claro, pues tengo la casa llena de gente, niños, hijos nueras y demás porque una nieta que vive todo el verano conmigo, encima me sube los días malos a toda su panda y son chavales de 14 y 15 años que me vuelven loca jaja.
ResponderEliminarPedro bueno, yo tambien disfruto con eso.
Un abnrazo a todos y muchas gracias por entrar aqui.
Pilar